lunes, 25 de mayo de 2009

Te adivino el futuro, te adivino

¿Ves mi bola mimosona?
Pon un poco de imaginación guapetona y vé mi bola. La tengo entre mis manos. Se que todos tus sentidos, mimosona, los tienes puestos en lo arrobador de mi mirada seductora, la masculinidad intensa que exhala mi viril postura, etc. etc. etc. (prefiero el etcétera a seguir describiendo mi perfección perfecta ya que mi natural modestia, proverbial humildad y austero recato me lo impiden). Mi bola está hecha de lágrimas derramadas por doncellas venusinas, suspiros de hetairas plutonianas y deseos ocultos de algún masita maraca de la Constelación de Orión al 6500 bis. La suma de esas líbidos insatisfechas que desfallecen por una mirada del Genio de Internet, el Máximo Común Denominador de la Perfección Estelar, la suma de dos catetos de inteligencia más una hipotenusa de dulzura, osease YO el gran MONOTRIBUTO, el Adonis de Plutón, se unen pese a ellas para hacer de mi bola ese oscuro objeto de deseo. La verás mimosona solo si la deseas. Y una vez que la veas ya nada será igual para tí. Tu mustio gladiolo, descuidado y falto de jardinero desde hace tanto tiempo, florecerá polenizado por el Dios del Amor, osease modestamente YO el gran MONOTRIBUTO, la modestia hecha ambiguedad sexual desbordante de testosterona. Cuando veas mi bola, verás tu futuro. YO te lo adivinaré. Traigo los conocimientos adquiridos en noches de estudio furtivos en los canales de Caronte, donde entregué mi cuerpo perfecto, sensual, atractivo, etc. etc., a la lascivia conscupicente de faunos mitológicos para que ellos me transmitieran conocimientos de civilizaciones anteriores al inicio del Universo, penetrando mis apetecibles redondeces con la lubricia de sus fálicos saberes. Aprendí así de esa manera tan orgásmicamente placentera y didáctica , a por ejemplo, cambiarle el cuerito a una canilla que gotea, ordenar a la luna que se esconda en noches nubladas o...adivinar el futuro. En realidad mimosona no solo lo adivino. También lo creo. YO la humildad llevada a extremos de pureza vergonzosa, soy el Supremo Hacedor de presente, futuro y pasado. El exquisito y masculinamente feminoide creador de la síntesis perfecta del tiempo expresada en esta frase: AYER HOY ERA MAÑANA. Te la regalo mi brutita consentida. Cuando veas mi bola, las lágrimas de felicidad humedecerán tus mejillas y todos tus labios... y cuando digo todos, son todos... Tendrás el futuro, tu futuro en las manos del Adonis de Plutón. Eres una privilegiada, no es necesario que te posternes ni me beses los pieses. Con decir: le pertenezco mi Amo y Señor, es suficiente. Se que todas las mujeres son de mi propiedad. No necesito escriturar. No hay mejor boleto de compra-venta que el deseo ardiente que arde en sus carnes de ser poseidas por el Macho por antonomasia, el Rey del Repuesto, osease YO, el gran MONOTRIBUTO, un Dios que no se la cree de tan humilde y buena persona que es.