lunes, 23 de noviembre de 2009

Cuanto más conozco a las mujeres más quiero a mis gallinas

Una gallina tiene la misma duplicidad moral de una mujer, pero sin histeria.
!!!!Y siiiií....Y siiiií!!!! me cansé de ser un sex simbol en permanente peligro de ser sometido a la lubricia insaciable de mimosas y golozas. Hasta los dioses tenemos un límite en nuestra paciencia. YO el Adonis de Plutón, el inventor de la Ley de Gravedad y de la gravedad en sí, el Gran Semental del Universo, el machote más primorosamente viril de todo el Orbe y villas aledañas, he decidido hacer caso a los consejos de mi prima la mayor, la princesa de Neptuno. Cuando nos encontramos para el solsticio de verano en su residencia de Ganímides, construida para soportar la calor con las lágrimas congeladas de los mancebos entregados a la envergada conscupicencia de los guardianes de los templos que honran mi excelsa modestia, mi prima me dijo con esa sabiduría que le dan su ochocientos quince mil años de vida: "-!Oh amo y señor! !oh primo divino!, si estás cansado de ser el único objeto de lascivia de las mujeres de todos los rumbos de nuestra galaxia, entrégate a la zoofilia. Una gallina puede ser tan puta como una mujer pero al revés de esta, nunca te será infiel pues en su inocente animalidad desconoce que es eso."
Pese a que YO soy el que resume en su augusta y perfecta complejidad, toda la belleza, la inteligencia y el criterio que guía a la humanidad -eso sí con la modestia y perfil bajo que me caracteriza- le hice caso a mi prima y hurté en los gallineros situados en los marjales antidiluvianos de Mercurio, dos batarazas. Debo decir que estoy muy contento. Si bien cacarean durante el día, son silenciosas durante la noche. Cumplen a la perfección con el débito conyugal. Nunca son renuentes ni aducen dolores de cabeza, cansancio o misteriosos atrasos o adelantos menstruales para negarse a ser fecundadas por el Adonis en todo tiempo y lugar. Y aparte como humilde ofrenda de agradecimiento a YO el Dios de la viril androginia, siempre me dejan cada mañana un par de huevos para que los mismos constituyan revueltos y mezclados con panceta extraida de los mejores cerdos de Saturno, la primer pitanza diaria del Júpiter tronante de todos los planetas, asteroides y rocas perdidas en la bóveda celeste, osease YO, el querubín imposible de describir, la humildad hecha conducta, el rey de reyes, el que convierte con su mirada penetrante, sugestiva y virilmente feminoide a todos los déspotas del universo en sumisos vasallos, YO el que te seduce y humedece tu gladiolo apenas mi porte de varón bien dotado obnubilida tu imaginación, mimosona. Pero por ahora no te hagas ilusiones guapa sedienta de sexo, estoy viviendo un idilio gallinaceo. Consuélate con lo que tu ya te imaginas...guapetona.